viajerapunzel

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viernes, 13 de octubre de 2017

SAN SEBASTIÁN

No he conocido a nadie que diga que no le gusta San Sebastián. Y tal como me lo habían pintado... no decepcionó.
Un lugar privilegiado, rodeado de mar y naturaleza, buena comida y mucho ambiente.



Y... con tanta demanda, los precios se suben.
Alojarse aquí, aparcar y, en definitiva, vivir aunque solo sea de vacaciones, conlleva rascarse los bolsillos. Si encima hablamos de temporada alta... resulta aun más dificil.
Peeeeero... ya que habíamos llegado hasta aquí, solo podíamos hacer una cosa: disfrutarlo!
Lo más emblemático y que más caracteriza San Sebastián es la Playa de la Concha. 
De arena fina y agua clara (siempre que no haya temporal, claro), tiene todos los ingredientes para animarse a andar por la orilla.
En la propia playa y bajo el paseo, tiene soportales donde hay algún gimnasio, baños públicos y creo que duchas.





Pegado al paseo y en lo alto de un parque encontramos el Palacio Miramar, que divide la playa en dos y bajo el que pasa un túnel para peatones y otro para bicis y coches.



De frente tenemos la Isla de Santa Clara, a la que hay paseos en barco en temporada alta y siempre que el tiempo lo permita.
En uno de los extremos del paseo, está el famoso Monte Igueldo. 
A sus pies, el famoso Peine de los Vientos, unas figuras de Chillida y que a menudo se ven salpicadas por la fuerza de las olas. Junto a ellas han hecho unos agujeros en el suelo a modo de "bufones artificiales", por los que (cuando hay temporal) bufa el aire y sale el agua disparada como si fuese una chimenea.



A lo alto del Monte se puede subir andando (hay que ser deportista o un poco motivado) o en funicular (3.15€ ida y vuelta). El acceso en coche está restringido solo a personas autorizadas (entiendo que a residentes).
La subida en el funicular es curiosa. Vas pasando entre las casas y los árboles. Y cuando llegas... desembarcas en un parque de atracciones.



Son atracciones pequeñas, algunas también para adultos y que hacen que puedas disfrutar de las vistas desde otra perspectiva (coches de choque, barquitas, camas elásticas, casa del terror...).
También hay un hotel con cafetería.



De vuelta a ras de la Playa de la Concha y trasladándonos al otro extremo, encontramos el Casco Viejo y el Monte Urgull.
Para subir creo que hay un autobus, pero nosotros nos decantamos por ir andando. Hay un camino principal que se va bifurcando en caminos que te llevan a distintas "baterias" (sitios desde donde se hacían los ataques al enemigo) en las que suele haber bunkers y cañones.



Arriba del todo está el Castillo de la Mota, con un cristo en lo alto que vigila toda la ladera.
Desde aquí las vistas tanto de la ciudad como del río y el mar, son geniales.




Alrededor del monte hay un paseo para peatones y un aparcamiento. Por aquí suele esperar la gente cuando hay temporal a que las olas choquen y les salpiquen.



De vuelta al casco viejo, lo que más destaca es el Ayuntamiento. Justo delante hay una plaza ajardinada con columpios y algunos "artistas callejeros" que animan (aun más) el ambiente.
A continuación del Ayuntamiento, se encuentra el paseo Marítimo, el puerto pesquero y al final está el Aquarium (por las escaleras o el ascensor que están en la calle apareces en el paseo del Monte Urgull).
Ya callejeando encontramos la Plaza de Gipuzkoa (con algún estanque y patitos), la Catedral del Buen Pastor, la Plaza de la Constitución, la Basílica de Santa María, la Iglesia de San Vicente y el Museo de San Telmo. 
Todos estos monumentos están rodeados de calles con numerosos bares, restaurantes y tabernas  donde disfrutar de una de las cosas más típicas de San Sebastián: los pintxos.








Además, aparte de pubs , algunos restaurantes cuando acaban las cenas retiran toda la comida y se convierten en bar de copas.
Saliendo del casco viejo, nos acercamos a la orilla del río Urumea donde se encuentra el famoso Teatro Victoria Eugenia. 



Enfrente tenemos el Kursaal y comienza otra playa, que lleva hasta el Monte Ullía. 

Esta parte es más residencial y tranquila.
A tener en cuenta en San Sebastián:
-Si vas a hotel, mejor que lo cojais con parking
-Ojo con los pintxos: hay diferencia de precio entre fríos y calientes. También suelen tener más que los que se ven en exposición.
-La zona de ambiente para cenar y salir está entre las Plaza de la Constitución, la C/ Fermín Calbetón y la C/ 31 Agosto (entre medias hay más calles, todas llenas de bares, restaurantes y pubs).

Buen viaje! 😃

lunes, 2 de octubre de 2017

NîMES - Francia

Pueblo de interior de cultura taurina.

Tiene un pequeño "polígono" a la entrada con un centro comercial.

Nosotros aparcamos en la Avda Jean Jaurés,  que da a los Jardins de la Fontaine.
Estos jardines son parte de un parque con muchos recovecos, fuentes, ruinas del Temple de Diana y columpios para los peques. 
Está rodeado por un río, aunque el aspecto no es el más limpio.
La entrada es llana, pero para ir descubriendo el resto de sitios hay que subir escaleras y cuestas.
En lo más alto está la Tour Magne, a la que se puede acceder previo pago.








Una vez fuera de los jardines, fuimos a conocer la Maison Carrée, emulando a los monumentos griegos y romanos.
No sabría decirte si estábamos en Francia o en Grecia...




Fuimos hacia el Arena de Nîmes (plaza de toros) que imita al Coliseo de Roma y se encuentra al lado del Palacio de Justicia.



No es un lugar con mucho ambiente, no vimos demasiada gente por la calle a pesar de ser verano. 

Continuamos hasta la Cathedrale, aunque había iglesias más vistosas que lo que es la propia Catedral....




Y acabamos la visita un poco decepcionados con la Puerta de Augusto, que se encuentra rodeada de obras y mal señalizada... al final son solo unas ruinas encerradas en una pequeña parcela que si no te avisan, no sabría si es un monumento o una casa derruida cualquiera.




Nos quedó pendiente ver el Pont du Gard, pero quedaba alejado y parecía un simple "acueducto" y decidimos reservar fuerzas para la siguiente visita!