viajerapunzel

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jueves, 23 de mayo de 2013

Lisboa

Escribo este blog para contaros mis experiencias en viajes y que no cometáis errores que yo sí cometí. Espero ser de ayuda.
Recordad que todas mis visitas han sido en temporada alta (Semana Santa, puentes, vacaciones en Julio o Agosto). Es posible que en otras fechas las situaciones de aglomeración y precios de ciertas atracciones turísticas puedan variar.

Para inaugurar mi sitio, os detallo mi viaje a Lisboa.

Se puede ver en 2 días, o como poco, y dándote mucha prisa, en día y medio. Si vas en plan museos e investigar a fondo, obviamente, necesitarás más tiempo.

Lo primero a tener en cuenta, como casi en todas las grandes ciudades, es la seguridad.  Es recomendable no perder de vista nuestros bolsos o mochilas. Si bien, hay que señalar que la policía está hasta en las estaciones de metro (al menos cuando yo visité esta ciudad, que era Semana Santa).

De todas formas, en los hoteles suelen avisarte y en el transporte público hay carteles que te aconsejan que tengas cuidado.

Lo segundo, hacerse a la idea de moverse por el centro en transporte público. En este sentido, están muy bien preparados, ya que disponen de una tarjeta (Viva Viagem) que cuesta 0,50€ (se puede adquirir en cualquier taquilla de las estaciones de metro) y la puedes recargar con un viaje (1,40€), 10 viajes o un bono de 6€, el cual te sirve para subir y bajar tantas veces como quieras durante 24 horas desde la recarga.

Esta tarjeta te permite montar en los metros, tranvías, elevadores y en algunos autobuses.



 
Cuando acabe vuestra estancia podéis entregar vuestra tarjeta Viva Viagem en las taquillas y os devolverán los 0,50€.
OJO: las máquinas ponen que admiten tarjetas de crédito y billetes de hasta 20€. Lo primero, no es del todo cierto, las tarjetas españolas no las reconoce. Y lo segundo, tampoco es verdad; tienes que meter como máximo un billete de 10€. No hay taquillas en todas las estaciones, y si las hay, no siempre está el personal en ellas.
Por otra parte, cuando vayáis a coger el tranvía, NO HAGÁIS COLA. La gente la hace porque se amontona en la parada como si fuera un autobús. Pero, para que lo entendáis, es como un metro, tiene varias puertas y puedes entrar por cualquiera. Si hay mucha gente y te pones en fila, no conseguirás subir nunca.


Deciros que el metro sí llega hasta el aeropuerto. La mayoría de los mapas que circulan por internet no están actualizados.
Y si por lo que sea tenéis que coger el taxi hasta el centro, el precio ronda los 11-15€. Más, es que te están robando. En cualquier caso, SIEMPRE PEDID TICKET, es la única forma de aseguraros que no os están estafando (esto nos lo dijo el dueño de una empresa de taxis que conocimos).



El parque Eduardo VII es precioso, tiene grandes explanadas verdes. Yo tuve la mala suerte de tener que recorrerlo con lluvia, pero es un buen lugar para relajarse.





El elevador de Santa Justa creo que está sobre valorado. Aunque el mirador tiene unas vistas estupendas, la cola es inmensa y se puede acceder desde el Barrio Alto (tienes que bajarte en la estación Baixa-Chiado), lo que pasa que la gente no lo sabe.

El mirador donde te deja el elevador, tiene unas escaleras para subir un poco más, pero cuesta dinero. Y sinceramente, no sé si merece la pena por subir 2 metros más alto...


 


La plaza de Pedro IV (metro Restauradores) es una explanada con un par de estatuas altas, muchas tiendas, pastelerías y bares alrededor. Aquí se encuentra el Teatro Nacional.

Lo malo es que casi todos los mendigos están en esta plaza. 
Cuidado por esta zona, hay gente ofreciéndote todo tipo de drogas (sobre todo si te ven joven).






El Castelo de San Jorge se encuentra en uno de los altos de la ciudad. Para llegar hasta allí hay que coger el tranvía 28. Lo que es el trayecto en sí, es ya una aventura. Es un tranvía bastante antiguo, que pasa por varios barrios de Lisboa, calles empinadas y super estrechas (casi roza algunos edificios). De verdad, digno de ver.

El precio de la entrada al Castillo me parece un poco excesivo (7'50€) y en el caso de tener carnet de estudiante 4€. Por dentro tiene unas ruinas, cañones, restaurantes y museos (a los que no entré por falta de tiempo). Lo que más vale son las vistas. Se ve el puente del 25 de abril, parte de la ciudad y el Río Tajo.





Belem es muy llamativo. Para llegar hasta aquí, tendréis que coger el tranvía 15 (en la Plaza del Comercio) y os recomiendo bajar en la parada "Torre de Belem", ya que es mejor que empecéis vuestra visita aquí (que es lo que más afluencia tiene) y vayáis hacia el Monasterio de los Jerónimos y después al Barrio de Belem.


La torre está a la orilla del Tajo. Si vas en día festivo o domingo, la entrada es gratis. Eso si, prepárate para las colas a no ser que seas bastante madrugador. Nosotros llegamos sobre las 11 y gracias a que entramos justo antes de varios autobuses de turistas pudimos verlo bastante rápido.
Para llegar a lo más alto, hay que subir unas escaleras de caracol que no tienen ni un metro de ancho y cabe una persona (y difícilmente 2). El problema está en que nadie regula el paso de esta torre; la gente sube y baja a la vez y se hace tapón. Eso, unido a que no hay ventanas entre medias, resulta un poco agobiante. Por eso, si es posible, haced la visita temprano.





El Monasterio de los Jerónimos  al igual que la torre de Belem, es gratis en festivo o domingo. Por dentro tiene lo típico: figuras y pinturas religiosas. 

Lo que más me gusto fue el patio y soportales que tiene en el interior.





                              


Para terminar la visita al barrio de Belem, no podéis dejar de probar los pasteis de Belem. A mi que no me gusta la crema, he de decir que estaban exquisitos. Eso si, hay que comerlo en caliente.




Del Parque de las Naçoes (Expo Lisboa) no había oído hablar mucho cuando estuve estudiando qué visitar en mis vacaciones pero merece la pena conocerlo.
Tiene un espigón, un paseo muy extenso por el que andar a la orilla de la desembocadura del Tajo y un teleférico. Aquí podrás encontrar los pabellones donde se hacen las ferias y exposiciones de Lisboa, restaurantes, un jardín botánico, la torre de Vasco de Gama y el inmenso puente de unos 14km, del que se ve el principio pero no el final.





La Plaza del Comercio es extensa y cuando yo estuve, por las noches proyectaban imágenes con luz en las paredes. Tiene restaurantes, a mi juicio un poco caros aprovechándose del sitio donde están.

La estación de metro de esta plaza es Terreiro do Paço.




Si a lo que se va a Lisboa es de fiesta, hay que acercarse a Baixa Chiado (Barrio Alto), que es donde están los pubs y sitios de ambiente. 

Por la Plaza de Pedro IV, que es lo más céntrico de la ciudad en horarios nocturnos, no hay mucho movimiento de gente.